28. abr., 2021
Demasiada libertad
Veinte años juntos por ley, desde hace ocho me di cuenta de que algo andaba muy mal. Hace seis, tu trabajo nos separó. Hace tres, decidí empezar mi propio camino, y bastó solo un día para darme cuenta de que todo ha sido por mi culpa desde un principio.
Había creído erróneamente que dejar que tomaras las decisiones primero y luego me lo digas, sería lo más conveniente, al prinicipio no iba mal, de todas maneras siempre decía que sí. Hubo muchas veces que me lo decías, luego, te olvidabas debes en cuando, hast que llegó un momento que ya no me decías nada, asumías que a todo diría que sí porque simplemente tú ya lo habías decidido.
Por no discutir, callaba y me resignaba, pero eso ha traído su consecuencia.
Decir que sí a todo, es faltarse el respeto a uno mismo, no tener el coraje de pelear por tu propio pensar o sentir, es un tanto de comodidad de uno mismo para no tener nada que ver en el asunto, pero la verdad, es esperar sentada por un muestra de respeto que jamás llegará, es creer que serás escuchada cuando realmente ya quieras opinar.
Te di demasiada libertad que ahora me siento sola estando acompañada, porque ya no hay comunicación y pretendes seguir igual.
Triste de aceptar, pero desde hace unas pocas horas, tú y yo, no existe más.
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